Deja la sangre correr

Sufridos oyentes de apartamento para tres. Esta semana he quedado totalmente afectado por dos hechos resaltables de la programación televisiva.

El primero, es que he de reconocer que la publicidad que se emite en mi televisión, no dura prácticamente nada. No da tiempo de ir a la nevera (que en este caso no tenemos), no da tiempo de acudir al excusado a mijitar, no da tiempo ni tan siquiera de hacer un zapping. Como ha cambiado la televisión. La que tenemos en casa, si no recuerdo mal, emite tanta publicidad como programa, y da tiempo de leer un libro entero si te propones ver El Señor de los Anillos en Antena 3. En fín.

El segundo evento televisivo de esta semana, ha sido una serie, que os aseguro es la mejor comedia que ha conocido el ser humano vertebrado. Su título es “Deja la sangre correr” y es, sin duda, todo un culebrón contemporáneo de ambientación hospitalaria.

Esta serie es australiana, lo que me llama más aun la atención, ya que jamás pensé que pudieran llegar ondas hertzianas desde parajes tan remotos. Y bueno, me he partido la caja lo admito. El humor es totalmente gore, incluso escatológico, pero entre Hospital Central, En Buenas manos y esta delicia televisiva… lo tengo clarísimo.
Porque Deja la Sangre Correr, es a la vez una bella novela amorosa, y un complejo programa sobre urgencias médicas. La narrativa implica a una serie de personajes como son el Doctor Richard Lovechild, la Matrona Conniving Bitch o el conocidísimo Warren Cronkshonk (de baba incontenible). Aunque mi favorito siempre fue la Enfermera Pam Sandwich, que se enamoraba de todo ser viviente.

Era tan surrealista que los decorados eran paneles pintados, muchos de ellos simulaban largos pasillos y muchas veces los actores se chocaban contra ellos como si no supieran que era un dibujo.

Os pondré un resumen que os hará pensar sobre lo retorcido de esta comedia.
La Enfermera Pam Sandwich, pasó a llamarse Pam Good-Sandwich al casarse con el doctor Ray Good, y finalmente se llamaría Pam Good Lovechild Sandwich tras casarse con el doctor richard. En los apellidos se encuentra la segunda lectura, un humor ácido y políticamente no correcto, que encaja perfectamente con la personalidad de los habitantes de este santo apartamento.

Al final de cada episodio los espectadores tenían dos opciones en cuanto a qué debe suceder en el episodio siguiente. Dos números de teléfono se muestran en la pantalla: uno para la opción A, el otro para la opción B. De esta manera decidieron el rumbo que tomaría la serie, muy parecido a los libros de Timum mas.

Total, la tele te da tantas alegrías como tristezas, pasando por un bar, pude observar que comienza un nuevo casting de gran hermano, en cierto modo, me alegro de que mi Grundig solo sintonice canales fantasma, si este apartamento de por sí es aburrido, no quiero ni pensar lo que sería con la Tv que veis hoy en DIA… Salud.