Autopista hacia el cielo

sábado, 19 de septiembre de 2009
Autopista hacia el Cielo
Amigos míos, esta semana las sesiones televisivas han sido toda una tortura. En primer lugar solo sintonizaba un canal chino que hablaba de los preparativos de una olimpiada. Parece ser que todos los países están dispuestos a ganar más medallas que en ediciones anteriores, de lo que deduzco que se entregaran medallas también a los cuartos y a los quintos, sobre todo a los de cruzcampo. Total, después de mucho manipular el único mando que funciona a mi aparato televisivo, he conseguido dar una vez más con mi canal de antaño, aunque no he podido disfrutar nada esta semana, os lo advierto.

La serie de la que os voy a hablar hoy no es de mis favoritas, pero admito que es una especie de algodón de azúcar, envolviendo 100 gramos de arsénico. Y es que se trata de la mítica autopista hacia el cielo. Hoy en día habría triunfado con un titular mas sutil, como autopsia hacia el cielo, porque como se llevan las series sobre criminología y casquería, el público acudiría a su franja horaria como a un panal de rica miel. Pero no, se trataba de una autopista y de una autopista a la siesta, o a la lágrima fácil.

Supongo, que todos los guionistas que hacen esas películas de serie B que rescatan para el elenco de actores a Tory Espelling o a la guapa de los Ángeles de Charlie, intervinieron en el guión de este serial televisivo. Más o menos consiste en que Michael Landon, en este caso un ángel caído, aparece siempre en lo que él llama una misión. La misión consiste en que si se te aparece, estas fastidiado. Porque este tipo nunca te viene con buenas noticias, como que te va a tocar la loto, o que tocan los metallica en la ciudad vecina. El buen Landon solo trae desgracias como que estas malito pa morirte, que se te muere el perro, que alguien se te muere, y que te tienes que enmedar, para irte con el.
Si te plantean que tus últimos días los vas a pasar arreglando tus pecados con un tipo casposo de larga melena, estilo El Puma, y con su consorte un ex policía que siempre portaba gorrita deportiva, muy de los 80’s, igual como que no te mola el plan. Soluciones tampoco traen, y como al final el afectado siempre muere, el barbas, que es de lágrima facil, siempre ponía cara de Don Pimpón sollozando como una quinceañera. Es por eso, que si no consigues dormirte en los 10 primeros minutos, y acabas enganchado al guión, sufres sin mesura.

Llevo más de una semana sin ingerir alimento alguno, viendo una y otra vez como este angelito del infierno va arrastrando pobres almas en cuanto espían sus pecados y claro, me ha conmovido. Es por eso que he decidido donar todas las copias de esta maravillosa producción a algún experimento de la NASA, para que en cuanto puedan las devuelvan al cielo y que sea el mismo Dios el que obre en consecuencia y decida que hacer con esta inmundicia. No le valía a Michael Landon con la paliza que nos dio en la casa de la pradera ni con ser el que siempre tenía problemas en Bonanza, debía acabar su vida artística con dos temporadas de este pestiño y con todo un mar de lágrimas. Particularmente entiendo que este tipo de series te da que pensar en que redimir tus pecados puede ser una tarea muy molesta, mas aun cuando dos cincuentones te dicen cómo. Es como si enviáramos a la Obregón y a Carmen Sevilla a que acompañen en sus últimos momentos a los pobres de los hospitales, bien pocos nos enviarían una postal de agradecimiento, aunque eso si, seguro acortarían voluntariamente su agonía.

En fin, que he sufrido compañeros, que de las series que he visto esta ha sido la única que me ha dado que pensar que necesitamos unas vacaciones de nuestras vacaciones.




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